El ascenso actual de la extrema derecha

Actualmente en Europa estamos viviendo unos acontecimientos que a mí, a título personal, me inquietan. Estamos asistiendo al progresivo aumento de la fuerza electoral de los partidos de extrema derecha en los hemiciclos parlamentarios de diversos países europeos. Quizá de primeras no parezca un problema, sin embargo no deberíamos olvidar nuestra historia reciente, de cómo las crisis pueden llevar al final de la democracia y la libertad. Ya sean los resultados obtenidos por Marine Le Pen en Francia o el ascenso del partido nazi en Grecia, estamos ante un progresivo aumento de la extrema derecha en Europa lo que en un principio puede no parecernos peligroso ni alarmarnos pero si nos remontamos unos años hacia atrás veremos que deberíamos tener cuidado.

Si nos vamos hasta 1920 en Italia veremos que la inestabilidad política del entonces gobierno italiano favoreció en gran manera el ascenso del fascismo, el cual respondía de manera violenta a, entre otras cosas, las huelgas de los sindicatos y trabajadores. Los grandes propietarios industriales y agrarios, los católicos, los conservadores, atemorizados por el ascenso  revolucionario del izquierdismo más radical, se refugiaron en el profundo anticomunismo de los fascistas. La violencia se apoderó de pueblos y ciudades favorecida por la inepcia de los débiles y efímeros gobiernos que se sucedían con rapidez. En este clima de agitación social se fraguó el poder fascista que cristalizaría en la llamada Marcha sobre Roma que llevaría a Mussolini al poder en Italia, creando entonces una dictadura autocrática.

En el año 1929 la Bolsa de Nueva York se desplomó, causando la mayor crisis financiera de la historia. El primer afectado fue EEUU, y en una Europa sumida en la miseria debido a la Primera Guerra Mundial los países acabaron en la mayor de las ruinas. En especial Alemania, que llegó a una devaluación tal de su moneda, el marco, que una simple barra de pan podía valer millones de marcos. Alemania estaba hundida, en una situación peor que la de la actual Grecia.  Y en este ambiente otro dictador, uno de los más desgraciadamente conocidos de la historia, Adolf Hitler, subió al poder. ¿Llegó Hitler de manera violenta al poder? La respuesta es contundente, NO. Las elecciones parlamentarias alemanas de 1930 llevarían al Partido Nazi en la segunda fuerza política de Alemania y al Partido Comunista en la tercera. En las nuevas elecciones parlamentarias de 1932, el Partido Nazi se convirtió en la primera fuerza política del Parlamento, pero no alcanzó la mayoría necesaria para gobernar. En un ambiente de inestabilidad política se llamó entonces a nuevas elecciones, las terceras en 1932. Aunque los nazis continuaron siendo la primera fuerza política, perdieron votos, y Hitler quedó aún más lejos de alcanzar la mayoría en el Parlamento. Hitler continuó demandando la Cancillería para él, rechazando el ofrecimiento de la Vice-cancillería que le extendió Hindenburg. Por su parte, Schleicher convenció a Hindenburg que si lo nombraba Canciller lograría dividir el Partido Nazi Hindenburg accedió el 2 de diciembre de 1932, sin embargo, el gobierno de Schleicher fue breve, ya que Hitler lo sucedería en menos de dos meses.

Con esto quiero decir que la extrema derecha es un peligro para la democracia, ya que no creen ni repetan las normas del juego democrático. No es casualidad que el extremismo político aumente en épocas de crisis pero deberíamos ser los ciudadanos los que votemos con la cabeza y no con las vísceras. El hecho de que España sea el único país que no nota este ascenso puede ser motivado porque aquí ya sabemos lo que es una dictadura de extrema derecha como la de Franco.